UN MUNDO EN EL QUE QUEPAMOS TODOS / FORMACIÓN EN GRUPOS

UN MUNDO EN EL QUE QUEPAMOS TODOS

FORMACIÓN EN GRUPOS / FUNDAMENTADO EN EL LIBRO EL JUEGO Y EL ARTE DE SER HUMANO

Elkin Páez Chingal

Mayo 19 del 2001

Cuan difícil es expresar para un individuo un sentimiento, una palabra, un pensamiento, cuando se sabe que va a ser recibido por otro, que tiene su propio sentimiento, palabra, o pensamiento. Es un individuo que deja de ser  uno para ser dos, y dos con otro que ya son más y juntos todos conforman un todo y una agrupación diversa, variada.

Son juegos de palabras pero que en la realidad de la interacción hacen mucho más compleja esta relación del uno con el otro, y otro y otros más que comparten un mismo espacio y una misma posibilidad de todos juntos poder estar, en ese mismo espacio y tiempo similar.

Cuando se habla de grupo, se viene a la mente la reunión de personas que comparten un mismo fin, fin que es el desarrollarse dentro del mismo y alcanzar  objetivos comunes. Dentro de este se experimentan vivencias que enriquecen las relaciones con un cúmulo de sentimientos, pensamientos, recuerdos, acciones, del mismo con el otro, y ese otro que va ampliando su definición hacia un concepto más específico, en cuanto al tipo de relación y afinidad que se establezca y el tipo de contacto que se dé.

Pero, ¿qué hace de especial  el que se esté hablando de grupos?, y ¿por qué entonces se habla de formación en grupos?, ¿qué dificultad existe en la formación de los mismos, cuando ya se sabe que se trata de la unión de más de dos personas que comparten un mismo fin?.

Desde el plano conceptual, por lo menos por ahora, no representa ningún problema, pero cuando se pasa a la realidad y se observa que no estamos hablando de palabras de otro y otro que se juntan, sino de personas que se juntan, cambia la cosa, porque deja de ser un problema de palabras juntas, para encontrar las palabras justas que nos hablen de lo que es en sí un grupo y añadiendo, todo lo que se vive en este.

Por ello, paso a expresar mi propia experiencia, donde mi yo interactúa con el otro, y observo que desde el plano conceptual existen muchas vivencias, en mi respectivo grupo, de gran riqueza y variedad, que me hacen difícil una definición en palabras cuando la experiencia las sobrepasa, y más aún, cuando en mi misma definición caigo en cuenta de dar respuesta a que grupo específico me estoy refiriendo, o cual es el sentido y finalidad que pretendo, ya no solo de un grupo, sino a los determinados grupos a los que pertenezco, buscando entonces, si hablo en este plano de escribirle al grupo en general, las palabras más adecuadas para referirme a este.

Sigo con este juego de palabras, como una forma de expresar la experiencia tenida con el libro el juego y el arte de ser humano, en donde experimentaba con emoción como la palabra bien encausada, era capaz de desenmarañar el vivir humano, precisamente en palabras, y un cúmulo de  vivencias escritas que explicaban variedad de formas de interacción en cada grupo humano, y cómo la palabra misma cobró tal fuerza en el curso humano, de su juego eterno, como el medio para conservar la existencia misma del grupo, a través de este elemento vital de la palabra, como el medio de comunicación donde uno y otro establecían contacto y la relación de cercanía o lejanía, cuando no había una suficiente capacidad de comunicación.

Claro, solo me he quedado con las palabras, ¿dónde quedan los demás elementos con los que el hombre hace que realmente se sienta en grupo, como las emociones, las sensaciones, los sentimientos, los pensamientos, disertaciones e imaginaciones, eso desde el plano interno del sujeto, ¿y el cuerpo mismo, como expresión externa, en todas sus dimensiones, y palabra añadida pero sin la cual no habría posibilidad alguna de grupo, ya que se podría, desde mi experiencia con el otro, que se necesita del cuerpo como elemento vital con el que puedo establecer contacto directo con el otro y experimentar ahora sí aquellas sensaciones y pensamientos que buscan definir mi experiencia con el otro y que las hago según como hayan sido escritas en poemas, relatos, prosas, crónicas, proclamas, cuentos, etc, y el pretexto que dio para utilizar infinidad de formas que el hombre en su juego mismo y arte de ser humano ha encontrado para definir su relación con el otro, por ahora que es el tema a tratar. Me  pregunto incluso, como otro punto a ver y que se me ocurre, ¿si he de necesitar de este cuerpo para conformar un grupo?.

¿Por qué utilizar en este caso las palabras?, elemento creado en el juego y el arte de ser humano, capaz de conformar un grupo – concepto con el que estamos definiendo lo que aparece al principio – , o por  el contrario destruirlo todo como expresión de reclamo o en el caso nuevamente contrario, conformarlo por la buena o mala comunicación existente.

Si el problema para que exista un grupo es solo de palabras, y aportando al título de este escrito, que es mi intencionalidad dejar plasmado, solo bastaría, para el juego y el arte de ser humano, que no puede estar solo y necesita del otro y otros conformando un  grupo, encontrar las palabras adecuadas para ello y se acabaría el problema.

Pero como lo dije, ¿será solo un problema de palabras? Acaso no es más bien un  problema de significados y que desde mi experiencia en el grupo, se interprete de cada palabra?, ¿pero acaso el otro y los otros no tienen sus propios significados a las palabras que utilizan para definir sus propias experiencias?.

¿Qué problema no?, Claro que ya está solucionado, para que no nos asustemos, y en esto está el sentido más vital del “grupo”, que no voy a definir pero que sí concretizo, como el verdadero entendimiento y concordancia, más nuevas palabras que añado y que si se quieren definir pueden ser consultadas en el diccionario, que garantiza su existencia en la posibilidad de relacionarse con el otro. “UN LENGUAJE COMÚN A TODOS”.

 

Hasta ahora tampoco hay nada nuevo, es decir que un grupo es aquel que comparte un mismo lenguaje, pero si hago nuevamente referencia al título, de ¿por qué expreso entonces, formación en grupos, un mundo en el que quepamos todos?,   que no es planteamiento nuevo, pero no se ha solucionado.

¿Qué fragilidad estoy encontrando en la definición de grupo cuando hablo de mundo y que quepamos todos?, o ¿acaso no será que en mi intencionalidad por acomodar esta idea de grupo, no esté utilizando palabras adecuadas, o las utilice sin un orden lógico establecido que de validez a lo que estoy diciendo?.

Bueno ese no es el punto, bueno si, lo que sucede es que si todo grupo, para serlo tiene en común el lenguaje, y si ya no vemos el grupo como un espacio reducido, es decir para los que comparten el mismo lenguaje, ¿cómo garantizar que una variedad de lenguajes, (que en este caso hice referencia netamente a la palabra) dé la posibilidad de existencia a cada grupo, en su lenguaje propio, pero en el lenguaje común que no busque afectar al otro, añadiendo para esto palabras como la intencionalidad, el desarrollo, las necesidades, progreso, justicia, paz, el futuro, etc, palabras simplemente, pero que han ocasionado guerras y la destrucción de grupos humanos, en su afán por imponerse unos a otros, cuando finalmente y en uso de la palabra, lo que buscan en sí es un espacio propio en el que quepan todos, claro es el problema de la globalización, otra palabra que demuestra el problema del lenguaje en el arte del ser humano, pero que no que no pongo como título, porque no es mi interés resaltar, quedando abierto el espacio a las palabras de todos y no solo las mías.

Gracias por este espacio de lenguaje para poder expresar le necesidad como individuo en grupo de tener un mundo en el que quepamos todos.